Como hemos visto en anteriores entradas, nuestra mente es una herramienta muy poderosa y efectiva, pero en la mayoría de nosotros se encuentra en un estado un tanto salvaje, haciendo muchas veces cosas fuera de nuestra verdadera voluntad. Utilicemos la autohipnosis como riendas para domar este animal desbocado.
La palabra hipnosis procede del griego "hypnos" que significa sueño. Es conocida también como "el sueño despierto", sin embargo alguien que se encuentra dentro de un estado hipnótico no está dormido, piensa de manera consciente, puede ver y oír, e incluso responder activamente a las indicaciones del hipnotista. Esto la convierte en algo difícil de concretar, pues como el amor cada persona lo puede experimentar de manera diferente.
Yo prefiero definirla como un método para alcanzar el nivel Alfa de nuestro cerebro y entonces trabajar en nuestro subconsciente que es cuando se encuentra más receptivo. Ampliando esto último debo decir que se ha determinado científicamente que el cerebro humano trabaja básicamente en cuatro estadios diferentes caracterizados por el tipo de ondas electromagnéticas que emite:
- Beta: Estado de alerta normal diario.
- Alfa: Estado de transición cuando uno se encuentra medio-despierto o medio-dormido.
- Teta: Estas ondas se producen durante la hipnosis o meditación profunda y durante las primeras fases del sueño.
- Delta: Es el sueño más profundo y a la vez el estado cerebral más desconocido.
La mecánica para entrar en estado hipnótico es muy sencilla, tan sólo es necesario relajarse estar en fase cerebral Alfa y centrar nuestra atención en un solo objetivo, llega un punto en el que a pesar de estar despiertos nuestra mente entra en un modo en el que la conciencia baja sus defensas y barreras, permitiendo llegar con mayor facilidad al subconsciente. Este es el momento en el que se deben introducir las instrucciones que queremos programar en nuestra mente, también denominadas sugestiones. Muchas personas tras ser hipnotizadas niegan haberlo sido por no haber sentido "nada especial", el caso es que todos estamos muy acostumbrados a estar en Alfa, pues como mínimo lo estamos dos veces al día, cuando nos despertamos y cuando estamos a punto de dormirnos, pero sin duda, en este momento las sugestiones quedarán interiorizadas más allá de nuestra consciencia, eso sí, sólo las que realmente queramos aceptar, lo cual significa que no se puede obligar a nadie a hacer algo que se salga de sus principios o verdaderos deseos, pero aquello que se desea conseguir con fuerza quedará fuertemente grabado en nuestra subconsciencia.
En autohipnosis tú eres tu propio hipnotista, los cambios que quieres programar en tu mente irán en forma de sugestiones creadas por ti con tu lenguaje propio, con tu voz, serán positivas, y más que ordenar intentarán persuadirte para realizar el cambio. Tal y como vimos en el post acerca de la visualización estas instrucciones deben centrarse en aquello que quieres aportar a tu vida y no en lo que quieres eliminar, piensa que aportar algo nuevo puede eliminar su contrario que era indeseado.
Es por ello que la hipnosis actualmente es muy utilizada por su gran éxito en el control o cambio de hábitos. Dejar de fumar, perder peso ordenando los desarreglos alimenticios, la eliminación de cualquier otra mala costumbre, superar miedos, disminuir el estrés, atraer abundancia, prepararse para grandes cambios, incluso cambiar la imagen que tienes de ti mismo/a y el modo de ver la vida, todo esto es posible y nos llevará a una vida mucho más positiva, saludable, y por supuesto con mayor felicidad y amor.
La meditación, la visualización creativa y la autohipnosis tienen la misma finalidad, transformar y re-programar nuestra mente subconsciente que contiene los patrones e instrucciones que nos hace comportarnos de una manera y que en definitiva construyen la vida que vivimos, somos lo que allí dentro hay grabado. Estas tres herramientas, de las que hablamos largo y tendido en este blog, son muy beneficiosas y efectivas, y aunque las tres trabajan en el mismo nivel mental (Alfa o Teta) la meditación se utiliza para sintonizar el cuerpo mental y físico con la fuente espiritual, aportando un mayor equilibrio del ser, una apertura hacia los sentimientos positivos, como el amor o la felicidad, mientras que la visualización y la hipnosis conllevan trabajar de un modo más activo hacia un objetivo más concreto.
Algo tan importante y de tan grandes resultados como la autohipnosis nos podría llevar horas y más horas de escritura, pero para no alargar más este post, me comprometo a publicar en la siguiente entrada maneras y métodos para poder poner en práctica la autohipnosis y poder disfrutar de sus muchísimos beneficios y como no, dar un golpe de timón a nuestra vida y poner rumbo directo hacia a tierra prometida: la felicidad.
Muchas gracias por leer mis palabras. Contribuye con tu comentario.
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