Las drogas son conocidas y utilizadas por millones de personas en el mundo, analicemos las causas por las que son consumidas y la problemática que las acompaña.
No existe lugar en el mundo ni momento de la historia moderna de la humanidad en el que no se haya consumido algún tipo de droga, esto quiere decir que tienen una gran presencia en la vida de las personas. Hay muchos tipos de drogas y muchas son sus aplicaciones, unas positivas con fines terapéuticos y otras negativas con fines recreativos.
Entre estas últimas están las que son más aceptadas socialmente o conocidas como drogas blandas (alcohol, tabaco, marihuana, anfetaminas) y las que tienen peor imagen, pero se consumen en grandes cantidades, quizá de manera más discreta y se conocen como drogas duras (cocaína, heroína, crack, Lsd y un largo etc).
La finalidad de una droga es la de anular o alterar de manera significativa nuestra conciencia, provocando que la información que nos llega a través de nuestros sentidos sea diferente de lo que consideramos normal. Sabemos que su uso en medicina es de gran ayuda a pesar de sus grandes efectos secundarios, pero usarlas como medio de diversión o como modo de evasión de la realidad es un gran error, sin embargo parece ser que el número de consumidores de estas sustancias crece de la misma manera que aumenta el descontento de las personas con la vida que llevan.
Esto provoca que muchos busquen en las drogas el camino hacia la felicidad, mediante la distorsión y el olvido de la realidad en la que estamos inmersos, aún conociendo los cuantiosos efectos perjudiciales sobre nuestra salud y el gran poder de dependencia que contienen, causando la pérdida de la libertad de la persona además del sufrimiento y la rotura de familias. El gran negocio mundial que representan hace que existan grandes intereses por promover su consumo e incluso aumentar su dependencia sin importar la cantidad de vidas que se destruyen tras sus beneficios económicos. Éste es un claro ejemplo de lo destructiva que puede llegar a ser nuestra mente material cegada en su afán de poseer.
El rápido pero pequeño momento de alegría y euforia que nos proporciona una droga, no puede compararse con la plena felicidad, paz y amor, que sentimos de manera constante en nuestro ser cuando conocemos la verdadera realidad de nuestra naturaleza y el mundo tan extenso que habita en nuestro interior. Esta realidad es la que intento expresar en este blog y de la que día tras día todavía descubro nuevos matices que aumentan mis ganas de vivir, el amor y la felicidad. Los efectos secundarios de las prácticas de las que aquí hablo son un aumento de la energía, de la salud de nuestro cuerpo material y de las cosas positivas que nos irán ocurriendo en esta vida, así que ¿hace falta escribir más detalles para saber que camino elegir? Elige la verdadera felicidad, ese es el motivo para el que vivimos.
Muchas gracias por leer mis palabras.
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