En los países del denominado "primer mundo" donde reina la voraz sociedad de consumo de carácter capitalista, nos han enseñado e inculcado a través de los medios y desde bien jóvenes, a necesitar neuróticamente cosas y más cosas materiales, muchas de ellas las utilizamos una sola vez antes de arrinconarlas en el olvido, en otros casos ni siquiera llegamos a utilizarlas jamás, otras las adquirimos sólo por capricho, "comprar para sentirse bien". En el plano sentimental y espiritual también tendemos a necesitar ciertas situaciones o eventos, también impuestas por el entorno en el que vivimos, no para ser felices, sino más bien para al menos estar consolados, del mismo modo que un bebe necesita su chupete. ¿Es esto sano?
Nuestra salud mental está seriamente comprometida tras la delgada línea que separa el "necesitar" y el "preferir". Esto último, "preferir", significa elegir algo que deseas para ti, ya sea un bien material, una situación, una pareja, cualquier cosa que deseamos poner en nuestra vida, pero que si no podemos llegar a tenerla, o no encontramos la apropiada, no nos proporcionará ningún tipo de malestar, nuestra vida podrá continuar con total tranquilidad y felicidad. En cambio "necesitar" es lo mismo acabado de explicar, con la diferencia que si no podemos llegar a obtener lo deseado, nos causa dolor, intranquilidad, ansiedad, tristeza e insatisfacción.
La mente material, que nos acompaña en esta vida, está muy mal educada y tiende a crear necesidades constantes que si no son satisfechas nos hacen sufrir y estar tristes. Aunque logremos alcanzar algunas de ellas la alegría que nos aporta su consecución es temporal y corta, ya que aparecerán nuevas necesidades que satisfacer y que volverán a preocuparnos. Es por ello que debemos educar nuestra mente, enseñarle a "preferir" en lugar de "necesitar", aprender a aceptar las cosas que no podemos traer o cambiar de nuestra vida y reconstruir nuestra escala de valores, dándole prioridad a cosas mucho más sencillas de conseguir que pueden aportar grandes satisfacciones y mucha felicidad a nuestra existencia, como por ejemplo disfrutar intensamente de los pequeños placeres de la vida: charlar con los amigos, visitar nuevos sitios, un paseo por el campo, un buen café, un interesante libro, la meditación, estar bien con la familia, sentir amor por las personas de tu vida... piensa en ello, hay cientos de cosas y situaciones que ya las tienes ahí y de las que puedes disfrutar enormemente, con cada gota de disfrute llenaremos un hermoso lago de felicidad.
Recuerda también que puedes averiguar qué es lo que realmente deseas, en ese post tienes una guía para poder averiguarlo sin que te quede ninguna duda de aquello que sí que puedes traer a tu vida y te aportará grandes dosis de amor y felicidad.
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