Amor y amistad puede que estén más unidos de lo que imaginamos. En esta ocasión analizaremos lo importante que son los lazos de amistad para una vida mucho más feliz.
Quiero creer que no habrán muchas personas en este precioso planeta que no disfruten de algún tipo de amistad con alguna persona de su entorno. En muchas ocasiones ser familia o incluso pareja no significa, por desgracia, ser amigos y esto no es en absoluto productivo para la consecución de una vida feliz. Hablemos de la resiliencia y su importancia en nuestras vidas.
El término resiliencia hace referencia a la capacidad humana de superar periodos de dolor y contratiempos, incluso pudiendo acabar fortalecidos por los mismos. Fue introducido en psicología por el psiquiatra Michael Rutter en la década de los 70. Interesante ¿verdad?, pero la verdadera cuestión es ¿cómo creamos o desarrollamos esta capacidad?
Según investigaciones del neuropsiquiatra francés Boris Cyrulnik la verdadera fuente de resiliencia, tanto en niños como en adultos, es la capacidad de dar y recibir afecto. Este intercambio de amor, comprensión y ayuda mutua crea una fortaleza emocional que nos permite recuperarnos de episodios negativos con verdadera fuerza y rapidez. Resulta obvio pensar que estos lazos afectivos son importantísimos en los primeros años de vida, pero también durante nuestra etapa adulta son casi tan necesarios como el respirar.
Veamos algunos consejos para mantener un espíritu resiliente:
- Debemos cuidar nuestras relaciones con las personas que nos sentimos bien y amamos. Hay estudios que demuestran que estos vínculos son la base sobre la que se sostiene la consecución de nuestros sueños y deseos en la vida. No dejes que la pereza destruya estos lazos y haz cosas para que esas personas sientan que las valoras y les tienes afecto.
- Crea relaciones de amistad en las diferentes facetas de tu vida (familia, trabajo, ocio). Por ejemplo, si tu hobby es ir a pescar, no vayas siempre sólo, busca compañeros de afición y a parte de pescar, podéis quedar para ir a comer juntos, o hacer encuentros de aficionados para charlar de vuestras vivencias, seguro que más de una buena amistad surge.
- Aprende a buscar ayuda cuando la necesites. Si sientes que algo se te escapa de las manos o tú solo no podrás con alguna actividad, pide consejo o asistencia de las personas que te rodean, no tengas miedo o vergüenza en ello, sentirse ayudado por los demás es una gran fuente de resiliencia.
- No te cierres ante los desengaños. Algunas veces podemos sentirnos engañados o defraudados por algún familiar o amistad cercana y aparece el miedo a volver a ser herido. Esta actitud no es positiva, pues mantenida durante mucho tiempo puede provocar que desconfiemos absolutamente de todo el mundo y perdamos las relaciones que nos queden y la posibilidad de crear nuevos lazos. Arriésgate y da antes de recibir, esta muestra de confianza atraerá amor de los demás hacia ti.
- Confía en la resiliencia que generas y ve a descubrir mundo, no tengas miedo al fracaso, embárcate en nuevos proyectos sabiendo que siempre tendrás y crearás allí donde vayas lazos afectivos que construirán una red que te protegerá de cualquier caída.
- Mira la vida de manera positiva, ésta es un camino de aprendizaje en el que hay cosas agradables y divertidas y otras que no lo son tanto, pero lo importante es que disfrutes recorriendo el camino y que el destino al que llegues será el que deseas.
Deseo que estas pautas basadas en el trabajo de Boris Cyrulnik os sean de ayuda y complemente un poco más todo aquello de lo que hablo en este blog y que está enfocado en la difusión mundial de amor y felicidad para todos.
Muchas gracias por leer mis palabras.
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