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sábado, 11 de febrero de 2012

La Aceptación: La gran liberación

Las personas solemos instalar cargas muy pesadas en nuestra manera de ver la vida. Veamos como el simple y fácil hecho de aceptar puede liberarnos de un gran lastre que nos acompaña siempre y que no nos permite disfrutar de la vida de manera ligera y feliz.


Imagina un bonito camino por el campo, con bellos prados verdes y floridos, altos árboles a cada lado y simpáticos animales, quizá un tranquilo lago a nuestra izquierda y unas majestuosas montañas nevadas a nuestro frente, coronadas por unas blancas nubes de algodón. Ese camino que has visualizado es tu vida, y como en todo camino existen baches y obstáculos que superar, es del todo normal, pero ellos no deben ensombrecer la belleza de este preciso sendero que de todos modos vamos a recorrer.
    Piensa qué prefieres, ¿quedarte parado mirando y maldiciendo un gran tronco que nos entorpece el paso, o llegar a él, averiguar la mejor manera de sortearlo y seguir caminando disfrutando del bello paisaje que nos rodea? Imagino que tu respuesta ha sido la segunda opción. Todo el mundo que reflexione acerca de esta pregunta elige la segunda opción, aún así son muchas las personas que aunque  quieran  continuar caminando creen que el obstáculo que tienen ahora mismo en su camino es demasiado grande y difícil de superar. Eso es una ilusión, en la que mucho tiene que ver el miedo, del que hablamos en la anterior entrada.

    El primer e importante paso que debemos dar ante ese "gran" tronco en el camino, es aceptar. Negando la existencia del obstáculo sólo provocamos que no podamos continuar nuestro recorrido, pues nos tropezaremos una y otra vez, impidiéndonos avanzar, a la vez que mantendrá toda nuestra atención centrada en ese "algo" que nos hace caer, privándonos de la belleza que nos envuelve  alrededor nuestro. El hecho de admitir que ese tronco está delante, pondrá luz sobre él y veremos que realmente no es tan voluminoso y complicado de sortear como nos parecía, a la vez que percibiremos que el camino continua tras el obstáculo y que la belleza del paisaje tras él es incluso superior a la que estábamos acostumbrados.



    Esta práctica puede ser de gran ayuda para aquellas personas que no practican la meditación, ya que el solo hecho de meditar habitualmente nos daría los mismos resultados. Cuando sintamos que un hecho en nuestra vida nos ha golpeado duramente, dejándonos imposibilitados para continuar, hundiéndonos en lo más profundo, un modo que nos ayudará y mucho a aceptar es poner en pausa nuestra vida. Para, coge un día de descanso y no hagas nada en absoluto, no dejes que la mente siga distrayéndote con actividades incesantes para que no puedas ver claramente la naturaleza de ese "problema". Sientes que estás totalmente hundido, tu mente te dice que no tienes nada que hacer, que estás acabado/a, haz precisamente eso: nada. Siéntate o acuéstate, mira al vacío, quizá escuches todavía a tu mente recordándote lo mal que estás y lo imposible que es atravesar ese obstáculo, sigue sin hacer nada de nada, puedes estar horas así, llegará un momento en el que no pensarás absolutamente en nada, lo que se suele conocer como quedarse embobado, pasmado o encantado. Justo en ese momento estás totalmente desvinculado de tu mente material, el miedo desaparece, éste es el estado que la meditación también nos ayuda a alcanzar. Es en ese momento en el que una poderosa y agradable paz te invade, haciéndote sentir un profundo alivio. Acabas de aceptar que ese contratiempo en tu vida ha ocurrido y que lo vas a superar, ya no ves ese tronco del camino tan grande, quizá incluso lo acabas de saltar y ahora únicamente ves la belleza del camino que sigue delante tuyo.

    La aceptación de las cosas que ocurren en nuestras vidas es tan importante como el vivir sin miedo. Hemos visto que desvincularnos de nuestra mente y ver su bombardeo incesante de pensamientos sin sentirnos identificados con ellos es una manera muy poderosa y efectiva de poner la luz del amor sobre la oscuridad de los miedos que nuestra mente quiere imponernos. Saber aceptar tanto lo bueno como lo menos bueno de la vida es fundamental para poder recorrer nuestro precioso camino de vida, disfrutando del paisaje y sintiendo felicidad y amor en cada paso que demos.

    Muchas gracias por leer mis palabras.
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